jueves, 5 de agosto de 2010

La paja en el ojo ajeno. Para que chillan si ellos lo fomentan


De dónde provienen las armas, granadas y baterías antiaéreas que llegan a México. Según la ONU, Estados Unidos y lo poco de inteligencia de México, del vecino de nuestra nación azteca. Y ellos nos dicen que los cárteles mexicanos usan tácticas terroristas.
¿Qué descubrimiento? Terror es un decapitado, una balacera, explotar un auto o un fusilamiento en serie con todo y familias. Madres, hijos, abuelos y abuelas ya no están.
¿De dónde proceden los deshumanizados métodos? Pues Centro y Sudamérica, donde las agencias estadounidenses dejaron huellas para derrocar gobiernos, armas entramados de tortura, asesinar y devastar simpatizantes, seguidores o afiliados a grupos insurgentes o prorebeldes.
El México de 1970 a la fecha, conoció de cobro de afrentas, ejecuciones o muertos por pago. Eso evolucionó en 1990, claro, con la necesidad del lujo de los capos de los cárteles de la droga para contar con varios círculos de seguridad, que primero salvaran la vida de ellos y sus familias, para después intimidar a sus rivales.
Algo que nos debe el IFAI, es una lista de cuántos centroamericanos y sudamericanos han sido capturados en México, siendo miembros de los cárteles de la droga que trabajan o trabajaron para los cárteles de El Golfo, Los Zetas –antes su brazo armado- y La Familia Michoacana, ésta la última incluso, adoptó el “adoctrinamiento cristiano’’ estadounidense-centroamericano para sacrificar y condenar “las almas’’ de los seres humanos.
¿Dónde aprendieron los grupos castristas antiinsurgentes para aplicar esos métodos? Estados Unidos y sus ínclitos asesores paramilitares. Por eso es el temor en nuestro país que la guerra contra los cárteles asuma la teoría del caos.
Ya se olvido septiembre en Michoacán, decapitados por cientos en varios Estados y fusilamientos sumarios y el auto-bomba de Ciudad Juárez. No solo la televisión gringa enseña eso, sino también los asesores de la Casa Blanca.
El departamento de Estado de Estados Unidos, dio a conocer su informe 2009 sobre terrorismo. México salió bien librado. “No hay evidencia de ligas entre los sindicatos del crimen organizado mexicanos y grupos terroristas domésticos o internacionales’’, resolvieron.
Se entendió. No se descarta la existencia de grupos terroristas domésticos, pero al menos no se fueron más allá de su miope visión.
¿Qué harían la Secretaría de Seguridad Pública Federal (SSPF) con su área de inteligencia y la Defensa Nacional (Sedena) y Marina Armada de México (Semar) si esto ocurriera? Porque sí la Casa Blanca hubiera dicho lo contrario, pues a temblar.
No sólo identificó a El Ejército Popular Revolucionario (EPR) –una escisión de ésta se cree tiene a Diego Fernández de Cevallos- y Frente de Liberación Animal, que se atribuyó varios petardos y nada más.
Ellos, los apóstoles de la democracia, en su informe manifestaron que “los cárteles mexicanos crecientemente están utilizando tácticas terroristas, estilo militar para atacar a las fuerzas de seguridad’’.

¿De dónde habrán salido armas, métodos y estrategias?

CONTRADICCION DE TESIS

¡¡¡Millones de gracias por haber leído este espacio en el último año y medio!!! Nos vamos un tiempo a descansar, pensar por qué mí México esta así. Y Estar cerca de esos mexicanos más cercanos a mi vida. Un tiempo de reposo. ¡No me olviden por favor! Estaremos de regreso el mes patrio.
Los mejores deseos para ustedes, sus familias, amigos y toda aquella mujer y hombre de bien que han perdido el tiempo compartiendo ideas, porque los buscadores de talento todavía no los encuentran.

Rubén Torres
rtorres@eleconomista.com

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