lunes, 20 de junio de 2011

¿Quieren aplausos los Gobernadores?



Ayer concluyó una semana de aplicar en todo el país el Operativo Conago-1 con el despliegue de 310,000 elementos preventivos, ministeriales e investigación. Los resultados son loables con la captura de 3,918 presuntos responsables de delitos del fuero común, ilícitos que son los que más afectan en su mayoría a unos 110 millones de mexicanos.
Los robos a transeúnte y con violencia que acosan a amas de casa y padres de familia a diario en las ciudades mexicanas, robo a casa-habitación, vehículo, extorsión, secuestro exprés o con fines económicos mayores, son responsabilidad de atacar a las corporaciones de los 31 Estados y Distrito Federal.
Ahora Marcelo Ebrard presidente en turno de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago) y el gobernador de Chihuahua, César Duarte, que es el coordinador de la Comisión de Seguridad de esa Conferencia, aducen que se pedirá se sumen fuerzas de las secretarías de Gobernación con el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN).
¿Qué paso cuando se les pidió a ellos. Pues nada?
Además de la Defensa Nacional (Sedena), Marina Armada de México, Policía Federal –no dicen Secretaría de Seguridad Pública Federal de Genaro García Luna- y la Procuraduría General de la República (PGR).¿Por qué hasta ahora lo solicitan. Será por los tiempos electoreros?
De haber sido así desde el 2006 otro gallo nos cantara. Habría resultados exponenciales y las Fuerzas Armadas o Federales no estarían atosigados por el crimen organizado y los grupos de sicarios que enfrentan y desafían desde entonces al Estado, que de acuerdo al general-secretario Guillermo Galván Galván se componen por unos 500,000 trasgresores de la ley, no estarían tan creídos.
Sumando los 310,000 policías de la Conago, más 40,000 de la Policía Federal y casi 200,000 de las Fuerzas Armadas, la lucha contra los ilícitos de alto impacto tendrían en serio una disminución considerable y no se conocería cómo hordas de asesinos se apoderan de municipios enteros que expulsan a sus habitantes, secuestran, extorsionan o asesinan impunemente. No olvidemos a los migrantes.
El desafío en las últimas semanas de grupos de gatilleros o sicarios de los cárteles de la droga mexicanos sigue causando estragos, ya se rebasó los 11,000 muertos en todas sus modalidades sin llegar a conocer sus nombres o los motivos porque ingresaron a esa actividad.
Pero lo más grave es que se está desafiando a las Fuerzas Armadas como ocurrió en Sinaloa y Veracruz, donde solo en cinco días cuatro infantes de marina fueron secuestrados, torturados y asesinados, no se diga la falta de respeto a las tropas de la Sedena o Policía Federal.
De haber sido así, desde el 2006 cuando asumió el presidente Felipe Calderón el cargo otra cosa sería. Se hablaría de unidad nacional en serio no de palabrería y politiquería, no hablaría de tan pocos detenidos, o recuperados 1,534 vehículos o cumplimentar 892 mandamientos judiciales, así como el aseguramiento de 170 armas.

CONTRADICIÓN DE TESIS

Esta nación sería otra y nos hubieran ahorrado escuchar la palabrería de un Vocero de Seguridad Nacional, Alejandro Poiré o las frases hechas de Francisco Blake Mora, varios Foros o Diálogos sordos sobre Seguridad, reuniones de Procuradores o Secretarios de Seguridad Pública.
El resultado sería una sensación de seguridad en los mexicanos de todos los Estados que aún no aparece, pese al esfuerzo ahora anunciado de Conago-1 que será continúo y se aplicarán acciones “sorpresivas’’, todo esto denota sólo que vamos rumbo a la sucesión presidencial del 2012 y creo que Marcelo Ebrard está jalando agua para su molino.

Rubén Torres
rtorres@eleconomista.com

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