miércoles, 28 de noviembre de 2012

Felipe se va. Las muertes seguirán

Si la lógica es que a la llegada de Enrique Peña Nieto este próximo sábado al Ejecutivo Federal, desaparecerán las muertes violentas, los enfrentamientos, decapitados, desmembrados, desaparecidos, sensación de desconsuelo o anhelos de un futuro mejor: ¡No! Son muchos años de esa película, así la dejó el país el último presidente del PRI. ¿O no recuerdan? De los que se fueron. Vicente Fox y Felipe Calderón, pensaron que ir por “ellos’’ y confrontar con tropas de las secretarías de la Defensa Nacional (SEDENA) y Marina Armada de México (SEMAR) que tenían “diagnósticos’’ de inteligencia y no pensaron tener un mal “ajedrecista’’. Pero si amainaron más daños y corrupción. Peña Nieto “El Astroboy’’, llegó al poder arropado por la “NOMENKLATURA’’ del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Esa que llevó al desastre en el 2000 a quienes se sintieron “chipotles’’, para continuar con una política que ellos mismos desgastaron. No se puede ser fatalista para imputar a Vicente Fox y Felipe Calderón, el baño de sangre de los últimos casi 12 años. La medición con Fox fue por los medios de comunicación, entre ellos El Economista, que empezó a juntar muertos por aquí y por allá, no por actas de defunción, sino por hechos violentos, donde hubo uso de armas de grueso calibre. La metodología periodística, que es una asignatura de quienes estudian periodismo, llevó a separar. Uso de arma de fuego de grueso calibre, tiro de gracia y forma, a la que se sumó, decapitación, desmembramiento de cuerpos, enfrentamiento y ajusticiamiento sumario. Al terminar Vicente Fox, se contabilizó en todo el país un total de 80,000 muertos con esas características. Las instituciones oficiales calificaron esas cifras como “infladas’’ y sin sustento. A la llegada de Felipe Calderón, una serie de mediciones hechas por organismos civiles y sociales, ocupadas al secuestro y robo, preocupó e ingresó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), para realizar mediciones sobre muertes violentas. Lo que hacía el Instituto Ciudadano de Estudios Sobre la Inseguridad (ICESI), que encabezó por 10 años, el primer ombudsman de la Ciudad de México, Luis de la Barreda, encanijó a gobernantes de los tres niveles de gobierno y se le retiró el “subsidio’’. Pero continuaron otras. Como el Centro de Análisis de Políticas Públicas “México Evalúa’’, al frente de Edna Jaime, quien sostuvo de acuerdo a sus análisis, que en el sexenio de Felipe Calderón se cometieron casi 102,000 ejecuciones u homicidios violentos. Entraríamos a una discusión fútil, desgastante e inútil ante estos tiempos. Dice Edna Jaime que tomo el análisis cifras del INEGI y del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), qué ellos mismos cuestionan, que las cifras “oficiales’’ dan un parámetro. Entonces mejor dejamos en paz análisis y cifras oficiales, para obtener en el imaginario nacional una realidad. De que hay muertos, claro, nadie tiene la verdad absoluta. Es por eso, que decimos que Peña Nieto, no tendrá un sexenio fácil en cuestión de seguridad. Veremos las estadísticas, más conteos de quienes obligaron admitir que el México que ellos piensan y que crean o difunden, no es el mismo. CONTRADICCIÓN DE TESIS Bienvenidos los nuevos Ministros de la Corte, ya los conoceremos y podremos platicar que traen. RUBÉN TORRES rtorres@eleconomista.com

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