miércoles, 5 de septiembre de 2012

Sin policías... No hay de otra.



Así de simple y llano, Miguel Ángel Osorio Chong, coordinador general de Política y Seguridad del grupo de transición del presidente electo, Enrique Peña Nieto, prefirió el diagnóstico de desastre a la del engaño y exponer que las tropas de las secretarías de la Defensa Nacional (SEDENA) y Marina Armada de México (SEMAR), seguirá en las calles realizando labores “policiacas’’.
Adelanto, que la presencia castrense se modificara. Dependiendo del diagnóstico que presente el general colombiano Óscar Naranjo Trujillo, quien es el principal asesor en seguridad del recién nombrado presidente electo, que de seguro implementará la preparación y capacitación de grupos especiales o elite, como los que cazaron a Pablo Escobar Gaviria, entonces capo del cártel de Medellín.
Eso no será nada novedoso, México cuenta con elementos castrenses y policiacos de amplia capacidad y destreza, solo que falta alguien que “levante la voz y la mano’’ para decir ¡aquí estoy! Y no lo diga más que cuando va de salida, como ocurrió con el secretario de marina, Mariano Francisco Saynez Mendoza.
Quien propuso la creación de esos grupos. Lo que quiere decir que en México también se piensa, pero si eso se hubiera recomendado desde inicios de la administración que está por concluir o desde la de Vicente Fox, otro gallo nos cantara y estaríamos hablando de otras circunstancias.
Porque la supuesta renovación de la Policía Federal, que lleva casi 14 años, desde que la echo a andar Ernesto Zedillo Ponce de León, ante la putrefacción de las corporaciones preventivas, de seudo-investigación o persecución, solo se les cambió “nombres’’ de PJF a AFI, de AFI a PFM y de PFP a PF, la mayoría de ese teje y maneje en manos del ilustre ingeniero Genaro García Luna.
La Policía Federal Preventiva (PFP) nació con 6,000 elementos, actualmente cuenta con 36,000, pero la prevención no llega, la corrupción, abusos y excesos, saltan a la vista.
¡Ojo! No juzgamos a todos los gendarmes y la burocrática cabeza, que Vicente Fox se inventó con la ostentosa Secretaría de Seguridad Pública Federal (SSPF), en manos de Luna-Parra Producciones, que tanto ambiciono el susodicho superpolicía mexicano y lo único que heredará al próximo gobierno es una gran fachada.
Por qué decimos esto. Simple. Los escándalos de corrupción y abusos han sido razón de nunca acabar. Enumerar los casos, sería incluso hasta engorroso. Que tienen inmuebles, equipo, armamento, capacitación y un sueldo raquítico y otros exorbitante es cierto, pero de investigación no tienen nada, solo cambiaron el “folder’’ de papel, hojas o fichas y archivero de metal, por la computadora y datos encriptados.
¿Qué avance?
Pero siendo frescos, hay que reconocer se tiene algo, no lo deseable, ni la corporación que merece México, lo que obliga a SEDENA y SEMAR, bajen de aviones, contingentes y fragatas, para hacer labor obligada de corporaciones, que hasta el momento ninguna entidad del país o presidencia municipal ha cumplido crear ya no fundar, pero si se han llenaron los bolsillos con recursos económicos, como nunca antes ocurrió en el país.
Haciendo esta revisión, atrás desde el último presidente del Partido Revolucionario Institucional (PRI) habitante de Los Pinos y depuración de archivos durante las holgadas vacaciones a las que me hice acreedor, no sé si merecidas o no, encontré una entrevista de hace casi 15 años, que le hice a Rodolfo de Bernardi, entonces titular de la Secretaría de Seguridad Pública (SSPDF) capitalina.
Ya con el rechazo y bajo el escrutinio popular, todas y digo todas las corporaciones, padecían la crisis de corrupción, que hasta la fecha no ha menguado, sino incluso, incrementado y una pregunta del firmante fue ¿qué se requería para mejorar a policías que siempre se queman al estar cerca de la delincuencia y la lumbre del dinero?
Su respuesta fue tajante:
¡¡¡Hombres… solo Hombres!!! ¡¡¡No ambiciosos!!!
CONTRADICCIÓN DE TESIS
Tendrán tema qué platicar el presidente saliente: Felipe Calderón y el electo: Enrique Peña Nieto, que verse sobre respuestas a soluciones de los problemas de inseguridad, pobreza y desempleo o seguirán en qué “me comprometo y bla…bla…bla’’.


RUBÉN TORRES
rtorres@eleconomista.com

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