martes, 16 de noviembre de 2010

¿La inseguridad problema de dinero o de hombres?



La búsqueda de la seguridad perdida de tantos millones de mexicanos, miles de hogares hundidos en llanto y luto o desgracias colaterales, será posible recuperar con jugoso presupuesto que han permitido crear Secretarías, nuevas Corporaciones, “pentagonitos’’, Base de Datos electrónicos, dotar de armas y vehículos, pero el nuevo mexicano(a) dónde están.
Ni que 500 diputados nos lancen el lema de trabajo del partido que ustedes quieran, incluidos los dipunarcos, quienes –ya había- durante los últimos 15 años no han logrado pensar, porque no pueden el problema sea recursos, sino ese hombre y mujer al que no le hemos dado oportunidad de emerger, educar y moralizar desde el seno del hogar sea quien decida entre el “bien o el mal’’.
¡Plata o Plomo! ¡Dios no me des ponme donde hay! ¡El que no avanza no tranza! Y cualquier cosa más.
Los multimillonarios recursos presupuestales que salen de nuestros impuestos ¡Claro los que sí pagamos¡ No los que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) les “condona deudas’’ millonarias por ser “inelegibles’’.
O su Sistema de Administración Tributaria (SAT) ,que sí rigurosamente arranca directamente del sobre de raya, nómina o pago en cheque a nuestros salarios cautivos, el diezmo, para ¿qué ha servido?
Ya es un tiempo de decir ¡basta! Y exigir porque o para qué se les han dado recursos, principalmente a esos mitos creados para mejorar la seguridad del país.
No se demanda desaparezca la criminalidad o los delitos al 100% sino simple y llanamente que uno pueda salir, pasear, vacacionar o tirarse al ocio sin el ¡Jesús en la boca! En un Estado laico.
Es el menester de hoy. En 1999, Rodolfo de Bernardi, entonces secretario de Seguridad Pública del Distrito Federal (SSPDF) ,comentó a su servidor en entrevista, cuando la delincuencia en la Ciudad de México era preocupante, que se requerían “hombres’’, no nombres, ni más instrumentos. Los recursos son para pagar por un servicio y ya’’.

CONTRADICCION DE TESIS

La obligación del policía vestido, uniformado y armado –aunque les cobraban por todo- es defender a la ciudadanía. El que no esté dispuesto a ofrecer su vida por ella, aquí no vale nada. Eran los tiempos de la naciente democracia en la Ciudad del Ángel, cuando llegó al poder el PRD.
A nada en el 2000, continúo el avance de la democracia. Llegó Vicente Fox al poder y nombró al general Rafael Macedo de la Concha. Un tiempo después quien fuera antes procurador de Justicia Militar, dijo al mismo que cuenta “que sí, México necesita hombres para los retos’’.
Eran otros tiempos. El narcotráfico ya no controlaba, peleaba contra el Sistema pasado y actual que le permitió crecer. Porque no podemos irnos con la finta que todo eso fue atrás. Sino sigue adelante.
Ese es el meollo de la reflexión de hoy. ¿Qué más se requiere? Dinero u hombres para llevar a cabo la obligación Constitucional de ofrecer seguridad y justicia pronta y expedita a los mexicanos.
¿Dónde están esos mexicanos y mexicanas? Cuando el INEGI nos dice que hay 2.7 millones de mexicanos sin empleo y no se hable de 45 millones más sumergidos en la miseria. No es una vergüenza que “diputadetes’’, esos si mezquinos, hagan mendigar los recursos que no son suyos.
Porque ni siquiera tienen el cerebro para pensar a quienes se los están dando. Son esos que presumen con sombrero ajeno.
¡Y nosotros qué!
Estamos peor, ahora sí que la demanda es: estar igual, no mejor.
Ojala haya futuro para mejorar y no para ellos: PRI, PAN, PRD, PT y las rémoras.
La decisión es nuestra.


Rubén Torres
rtorres@eleconomista.com

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