jueves, 16 de diciembre de 2010

Qué bronca por la verdad de la delincuencia



Todo va inmerso. La credibilidad. Esa que tanto el Estado como organismos ciudadanos pelean. ¿Cuál es o quién la tiene? Esa es la cuestión. La del Estado por el control de cifras no ha sido nada transparente. En la otra, que no todo lo que diga el Estado es la verdad, tampoco es la panacea.
El instituto Ciudadano de Estudios Sobre Inseguridad (ICESI) al frente de Luis de la Barreda Solórzano, quien fuera el primer ombudsman de la ciudad de México y Juan Miguel Alcántara Soria, secretario ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), arrastran un juego de poder desde noviembre pasado.
El presidente del ICESI, sostiene que la sociedad civil fue “eliminada’’ de facto para medir las estadísticas criminales, que de verdad, no requieren a nadie que tome los datos “oficiales’’ para llamar y decir que la inestabilidad de quienes son responsables para garantizar la paz y tranquilidad de 112 millones de mexicanos y nada más no lo hacen.
Pleito de vecindad. Así esta nuestro país.
Mientras tanto las víctimas del delito no desean que el Estado o los civiles digan que todo va mal. Esa es una realidad de todos los días en casi 500 municipios del país, los 31 Estados, el Distrito Federal y sus Delegaciones políticas.
Así de mezquino se ha vuelto la necesidad humana de nosotros los mexicanos. Diagnósticos, propuestas y análisis los tienen todos. Lo urgente es que se requieren soluciones.
¿Esas quién las ha dicho?
Es lo que todavía la sociedad civil, organizada o dispersa y todo humano que cuenta con la esencia de la Norma Oficial Mexicana (NOM) no ha recibido.
¿Acaso todo es dinero?
Cheque la disputa entre el ICESI y el SESNSP, daría para pensar mucho.
Y eso no es todo.

CONTRADICCIÓN DE TESIS

Sale al público otra grabación filtrada a los medios donde Servando Gómez La Tuta, uno de los líderes del cártel de La Familia Michoacana, azuza a sus huestes a no bajar las manos ante el embate del Estado.
De verdad, es para analizar el contenido. Pero lo más relevante de La Tuta es que dice y “comprueba’’ la muerte de Nazario Moreno González El Chayo.
El líder espiritual de La Familia Michoacana, muerto.
Pero hasta el momento las autoridades que debieran certificar ese deceso, tanto la Procuraduría General de Justicia del estado de Michoacán (PGJE) y General de la República (PGR), no pueden decir ésta “boca es mía’’.
Ese es el país que tenemos, donde vivimos, sobrevivimos y respiramos.
Alguien. Entre organismos civiles, sociales o no gubernamentales o el Estado, nos podría decir la verdad, verdad.
¿O seguimos en la especulación?
¡¡¡Carajo!!! Y Julio César Godoy Toscano.
Esa es la molestia.


Rubén Torres
rtorres@eleconomista.com

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