martes, 4 de octubre de 2011

¿ Y entonces qué pasa en Veracruz ?



Dos semanas después de ser arrojados en Boca del Río, Veracruz, 35 cuerpos, tildados en principio de delincuentes, pifia no exclusiva de gobernadores como Javier Duarte, sino del Ejecutivo Federal ¿se acuerdan de la matanza de los jóvenes de Villas de Salvárcar, en Ciudad Juárez de enero del 2010, cuando se les adjudicó ser delincuentes? Recién ahora se anuncia la Operación Coordinada Veracruz Seguro.
Llama la atención el tiempo transcurrido para que se definiera la estrategia en una entidad como Veracruz, que va camino al incendio, como ocurrió en Ciudad Juárez (Chihuahua), Baja California, Tamaulipas y Sinaloa, que antes eran las que encabezaban los altos índices de ejecuciones, luego se sumó Michoacán, Guerrero y Nuevo León.
Aunque, hay otros “lunares’’ de violencia como Jalisco, Nayarit, Colima, Guanajuato, Coahuila, Zacatecas, Tabasco, Quintana Roo, entre otros, que ya deberían estar pensando el binomio Estados-Federación, hacer lo correcto, antes que el efecto cucaracha infecte a otras entidades, porque el Estado de México y Distrito Federal, ya están sufriendo por lo menos “viruela’’ de violencia.
El marco fue completo con los integrantes del Gabinete de Seguridad alrededor, donde la vocera federal, Alejandra Sota, a quien sí le están dando su lugar y no solo decir todo lo que ya se conocía o resúmenes como su antecesor, del ahora ilustre responsable del Centro de Información y Seguridad Nacional (CISEN), Alejandro Poiré Romero -eso sí era un buen histrión- delineo la nueva fórmula anticrimen en Veracruz.
El fortalecimiento de las operaciones federales, mediante la reubicación de los efectivos militares, navales y Policía Federal. Dos, estrechar la colaboración entre los gobiernos Federal y Estatal, no solo en cuanto a las acciones encaminadas a contener y debilitar al crimen organizado, sino a la procuración de justicia.
Tercero, buscar reconstruir las capacidades locales de seguridad y de justicia por parte de las propias autoridades de Veracruz, mediante el fortalecimiento institucional, estatal y municipal de las policías locales.
¿Dónde hemos escuchado eso antes?
No hay que ir muy lejos. En los demás estados donde la violencia casi rebasa a las autoridades o en otras, donde la batalla aún continúa en varias de las 18 entidades que mencionamos, que representan más del 60% de las todas las entidades que conforman la República Mexicana, también se requiere comprometer algo más, no solo discursos.
¿Sí o no es para leer entre líneas?
El responsable de los asuntos del interior, el titular de la secretaría de Gobernación, Francisco Blake Mora, insertó el discurso: “sólo el Gobierno, en sus tres órdenes, sus instituciones y sus fuerzas policiacas, están facultados para aplicar la Ley y el procesamiento de los delincuentes’’.
Y todavía más: “Quienes traten de hacer justicia por su propia mano o invadir al Estado en una de sus funciones intransferibles, se convierten en delincuentes y el Gobierno les aplicará todo el peso de la Ley’’.
¿Entonces, la contra o paramilitares, existen o no?
Lo que queda por investigar, es si el famoso grupo autodenominado “Mata Zetas’’ es financiado por particulares, narcotraficantes o son un escuadrón de la muerte de expolicías o policías en activo, quienes se atrevieron a saltar públicamente, alegando ineficiencia e ineficacia de autoridades estatales y federales, estas últimas por corrupción.

CONTRADICCIÓN DE TESIS

Mientras tanto la Secretaría de Marina Armada de México (SEMAR), ya empezó la caza de Zetas y otros delincuentes. Algunos de ellos, son 18 policías de varios municipios de Veracruz, que estaban al servicio de Los Zetas y les pagaban entre 2,000 a 10,000 pesos mensuales, dependiendo el cargo que ostentaran y el valor de sus servicios.
¿Claro, si hasta el los perros hay razas, o no?


Rubén Torres
rtorres@eleconomista.com

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