¡El avión, jefe, el avión!

Un día, en algún lugar de México, decía un Procurador Federal. De esos que sí lo son y mejor votaron la política, antes que el escenario nacional, fuera cualquier debilidad. Él eligió a unos amigos, creo, que eran reporteros, no periodistas.
Era parte del poder. Lamento decir, espeto que: “tenemos, somos y crece todo en la Patria’’. Era su lenguaje, pobre, tal vez. Y se preguntaba: ¿Por qué los tenemos a ellos?
De inmediato vino el cuestionamiento de sus invitados. ¡¿Entonces que hace ahí?¡
Dijo luchar por México.
A lo que vamos pues.
Los tres candidatos del Partido Acción Nacional (PAN), salieron al aire. Lo que la semana pasada no ocurría. El Instituto Federal Electoral (IFE), aclaró rápido, pero no para los postulantes del PRD, en la Ciudad de México.
A partir del martes todo es legal.
Vaya legislación.
Los tricolores, ni se inmutaron. Pero sí están sufriendo, porque una senadora, María Elena Orantes, se violento. Por no ser la candidata a una gubernatura y alegó que el poder se está entregando a “partiditos minoritarios’’.
¿Acaso no sabe dónde está?
Para que gastar tinta.
Lo bonito. Las “izquierdas’’. Ya lo saben, renunció al cargo desde España, donde andaba, Alejandro Díaz Durán, quien es, o era, el secretario de Turismo de la Ciudad de México.
Pero está bien, eso no es la cabeza de este escrito.
Si lo vieron, ustedes son los mejores lectores. Un avión, que dirigió Ernesto Cordero, es para decir: “si jefe”. La discapacidad o más, es otro deseo para gobernar la grandeza de México.
Ustedes son las personas que tienen que elegir. Cordero, Creel y Vázquez Mota, no tienen la tendencia.

CONTRADICCIÓN DE TESIS

Me preocupa el silencio.


Rubén Torres
rtorres@eleconomista.com.mx