La verdad legal y la verdad real

La verdad real se hizo patente de nueva cuenta. Dos compañeras comunicadoras fueron asesinadas. Aún se desconoce el motivo, se habla de un robo-secuestro, la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) se limitó a confirmar el hallazgo de los cuerpos de Ana María Marcela Yarce Riveros y Rocío González Trápaga.
La primera era gerente de Relaciones Públicas de la revista Contralínea y la segunda fue reportera de Televisa y exdirectora de Comunicación Social del Fondo de Fomento y Garantía para el Consumo de los Trabajadores (FONACOT).
Se conoció que desde la noche del miércoles se iban a ver en un lugar que frecuentaban para tomar un café ubicado entre Juárez y Balderas, en el primer cuadro de la Ciudad de México. Eran grandes amigas desde hace más de una década.
El hallazgo macabro de sus cuerpos fue reportado a la policía por unos corredores que acuden a un parque que se encuentra en las inmediaciones del panteón San Nicolás Tolentino, colonia El Mirador, en la peligrosa Iztapalapa a las siete de la mañana.
¿Cómo llegaron allá. Si estaban en el centro de la capital?
La PGJDF realizó las primeras pruebas periciales de criminalística, patología, genética, fotografía y química para determinar la causa de la muerte, aunque se adelantó que su brutal muerte fue a causa de estrangulamiento y asfixia.
Lamentable. Se presume que González Trápaga era propietaria de una Casa de Cambio y retiró una fuerte cantidad de dinero el pasado miércoles, sin embargo, esto aún no es confirmado por la Procuraduría a cargo de Miguel Ángel Mancera.
La verdad real es que fueron asesinadas brutalmente. La verdad legal saldrá de las acciones periciales e investigaciones que lleve a cabo la Fiscalía Central de Investigación para la Atención del Delito de Homicidio de la PGJDF.Nos fuimos de vacaciones con los mejores deseos. Que mejorará la situación de inseguridad que priva en todo el país.
Sabemos que el presidente Felipe Calderón no es responsable de la criminalidad, porque los Gobernadores de todo el país son corresponsables de dirigir a una nación sumida en el temor, desesperanza y sobre todo, víctimas del delito de robo, asalto, secuestro, extorsión y “daños colaterales’’.
En ese tiempo de asueto escuché al Presidente que ayer entregó su V Informe de Gobierno, disertar sobre lo que es la verdad legal y la verdad real.
Demos gracias a que existe la primera y se encuentra en manos de jueces y magistrados tanto del fuero común como federal. Felipe Calderón despotricó contra liberaciones hechas por el Poder Judicial de la Federación en casos relevantes como la de Jorge Hank Rhon.
Pero había más casos similares que se le han caído a la Procuraduría General de la República (PGR). Faltaría especio para enumerarlos. Mejor lo dejamos ahí.

CONTRADICCIÓN DE TESIS

Seguimos pasando de un caso relevante a otro. La sangre en México, sus 31 entidades y el Distrito Federal sigue siendo fértil, regada en tierra y pavimento.
Esa es la verdad real. Aunque la verdad legal siga siendo aplicada contra aquellos que cometen delitos menores. La tan difundida Reforma de Justicia Penal sigue sin aplicarse porque la verdad real de los legisladores tanto Diputados como Senadores, es que siguen planteando sus intereses personales o de partido que los de la nación.
Dicen que viven por el Congreso de la Unión, pero no han visto las letras de oro que se encuentra a sus espaldas o para alguno(a)s de frente. Es tan patente la frase del Siervo de la Nación:
“¡LA PATRIA ES PRIMERO!”
Rabia e indignación brota para sostener en honor de las compañeras caídas: Descansen en Paz.
Esa última que ni movilizaciones, reclamos, masacres y asesinatos ha conmovido a nuestros gobernantes.
Si queremos una verdad real, pero sustentada en la verdad legal.



Rubén Torres
rtorres@eleconomista.com