lunes, 20 de septiembre de 2010

¿Cosas personales, no hay vacío en Ciudad Juárez?




“Motivos personales’’ acabaron con la vida de Luis Carlos Santiago Orozco y lesionado a Carlos Manuel Sánchez Colunga, ambos reporteros del Diario de Ciudad Juárez. Ese es el diagnóstico de Alejandro Poiré, flamante vocero en materia de seguridad del gobierno Federal.
No motivo ni fundamento el móvil. Sólo se refirió a reportes recibidos de la Procuraduría General de Justicia del estado de Chihuahua. Y remitió a esa dependencia fronteriza para más detalles.
¿Entonces para que salió a repetir algo que no le corresponde?
Está bien que el principal reclamo hecho al presidente Felipe Calderón en agosto durante los “Diálogos por…’’ fue la falta de información. Pero no así. Si hay algo “personal’’ en el atentado, entonces que lo digan, no se vale especular o confabular, si van a decir los motivos, que los digan.
No será que el editorial de ese rotativo del pasado fin de semana les caló. Y ahora buscan desacreditar a un diario que aboga más por seguridad de sus agremiados y futuro ante los grupos criminales que sí pueden garantizar su integridad y continuidad, porque no hay autoridad municipal, estatal o federal que así lo haga.
“No cabe en modo alguno, que algún actor pueda pactar, promover una tregua o negociar con los criminales, que son justamente los que provocan la angustia de la población, los que generan los secuestros, los que extorsionan, asesinan y envenenan’’, argumento Poiré.
Postrados como se definieron los directos del Diario de Ciudad Juárez, fueron claros: no es claudicación, ni entrega, sino “orientación’’ para que se frene la violencia contra sus comunicadores, ya les mataron dos y otro lucha por su vida.
En lo que va del 2010, van 10 periodistas asesinados y 22 en lo que va del gobierno de Felipe Calderón, que inició en 2006 y según el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ) con sede en Nueva York, Estados Unidos, el 90% de ellos siguen impunes.
Una historia contada por un empresario restaurantero hace unos meses ocurrido en Ciudad Juárez da muestra de ese poder que tienen los grupos de mafiosos en la ciudad mexicana más violenta de aquí y el mundo.

CONTRADICCIÓN DE TESIS

Este relato es verídico, sino que le pregunten a la PGJE de Chihuahua o que opine Alejandro Poiré de esto:
Resulta que ese empresario fue contactado por un grupo criminal. Que le fijo cierta cantidad mensual para no atentar contra sus inmuebles o su familia. El afectado accedió, entregaba en un sitio predeterminado la cantidad de 500,000 pesos mensuales.
Así paso un tiempo rigurosamente pagando. Pero resultó que su pequeña hija fue secuestrada. Entonces cuándo llegó la fecha de pago, recibió el llamado de instrucción. No pago. Hubo otra llamada que con palabras folclóricas típicas mexicanas, increparon su falta de cooperación.
¿¡Cómo voy a pagar si secuestraron a mi hija!? Fue la respuesta.
Del otro lado hubo silencio y: ¡Espérame voy a indagar!
Horas más tarde en un día de julio recibió otra llamada que le informó: “¡Nosotros no la tenemos, ni otro grupo rival, la tienen los Federales!’’.
Entonces el empresario en lugar de reclamar, rogó para que intervinieran. La respuesta fue: “¡Déjame ver!’’.
Gracias a la fortuna la niña fue colocada en un sitio comercial populoso. El padre y la familia se alegro y recupero. Realizó el pago a los criminales, porque la autoridad que estaba para proteger a los ciudadanos y que se apoderó de Ciudad Juárez desde abril pasado, resultó que era la responsable.
Entonces qué puede recomendar Alejandro Poiré a un simple mortal de no pactar o negociar con criminales.
¿Cómo es. No hay vacío de autoridad?

Rubén Torres
rtorres@eleconomista.com

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