jueves, 28 de octubre de 2010

Ellos en Sumiya acuartelados y en Nayarit lágrimas


Mientras el Ejecutivo Federal y jefe de las Fuerzas Armadas sigue buscando convencer a no sé quién con los “Diálogos por la Seguridad", ésta se hace añicos por todos lados del país.
La indignación de la tercera masacre de jóvenes en seis días ahora en Tepic, Nayarit; ya no puede conformarse con un “minuto de silencio, una condena o un llamado a la sociedad para que se sume a un alto a la delincuencia".
¿A caso el presidente Felipe Calderón no sabe que es su responsabilidad constitucional y que juró ante ella velar por la seguridad, entre otros ramos para bien de los mexicanos?
Esa “ridícula minoría" como la tildo en una ocasión, sigue creciendo en presencia. Que ya hace pensar que Hillary Clinton tiene razón de que la “insurgencia criminal" en México va ganando más terreno que el embate del Estado.
Sentando en un salón del hotel Sumiya de Cuernavaca, Morelos; que claro, es un bunker y en compañía de José Francisco Blake, secretario de Gobernación; Genaro García Luna, secretario de Seguridad Pública y Guillermo Valdés, titular del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN), nada más los chipocludos ungidos para prevenir y dirimir problemas de seguridad nacional, condenó el último agravio criminal.
El Presidente salió a decir que los criminales en “su barbarie homicida y en su ciega y desesperada guerra intestina contra sus adversarios, asesinan sin piedad y sin escrúpulos, causando en su actuar la pérdida de muchas vidas inocentes. Nada justifica esos condenables actos de barbarie".
¿Qué descubrimiento?
Y en razón, pidió un minuto de silencio por las 43 vidas que suman las masacres de Ciudad Juárez, Chihuahua; Tijuana, Baja California y la última, de Tepic, Nayarit. Pero todavía fue más elocuente, refrendó su total apertura para corregir “lo que deba corregirse de la estrategia anticrimen".
Si ya lo hizo en el Campo Marte de la Ciudad de México, en Ciudad Juárez, Chihuahua, donde ocurrió la primera masacre de los últimos seis días y precisamente la Policía Federal tiene el “monopolio" anticrimen con García Luna desde abril pasado, al sacar al Ejército que fue cuestionado por presuntas violaciones a los derechos humanos. ¿Qué resultados hay o qué espera el Presidente?

CONTRADICCIÓN DE TESIS

¿Estará buscando otra sede o entidad que se preste para llevar de manera itinerante la obra “Diálogos por Seguridad" para que bajen los índices de la violencia?
México no está para ceremoniales de condena o un minuto de silencio. Cuántas vidas inocentes se han perdido. Tal vez los malosos no nos importen, porque a fin de cuentas: ¡A quien ha hierro mata a hierro muere¡
¿Y aquellos que buscan el “bien común" tan demandado por él qué?
Que los criminales asesinan sin piedad. Eso no lo tiene que decir. Eso se ve todos los días.
Faltan dos años, aunque los discos de acetato, los casetes, DVD y CD, pasaron de moda, también se rayan, y eso es lo que está ocurriendo con nuestro México lindo y querido.
Será que pueda recular y pensar a quienes tiene al frente para combatir a la criminalidad o mejor damos vuelta de hoja en los próximos meses, porque viene el circo electoral, lo bueno es que no se prevén mundiales de futbol, justas olímpicas o festivales culturales.
La sociedad ya salió a criticar y a mostrar el músculo. Pero ella no tiene los salarios a quien el Presidente encomendó las labores de seguridad, como tampoco tiene las armas.
A eso nos estará invitado.
Va mi solicitud a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), para obtener una pistola y empezar a asumir mi responsabilidad.
¡¡¡Sale!!!

Rubén Torres
rtorres@eleconomista.com

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