martes, 19 de octubre de 2010

A siete días de un aquelarre aliancista



Julio César Godoy Toscano, trató de mostrar seguridad y utilizó su lenguaje ciudadano de “hijos de la chingada…’’ cuando se le informó era vinculado a la celada y muerte de 12 elementos de la Policía Federal en Michoacán, del la grabación con “La Tuta’’, no descalificó, simplemente se limitó a decir era una prueba ya fue desechada por juzgados de Michoacán, Tamaulipas y Zacatecas.
Orondo espeto: “decían que ya me había fugado, y aquí estoy…’’ luego de salir del primer encuentro con la Sección Instructora de la Cámara de Diputados que le sigue dos juicios de desafuero a petición de la Procuraduría General de la República (PGR).
Negó todos los hechos, incluso abundó que en el expediente entregado a la Sección Instructora no sólo hay una grabación, la su plática en clave con Servando Gómez Martínez “La Tuta’’, sino 48 más, testigos protegidos y un documento de la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda que muestra movimientos en sus cuentas por 24 millones 759.000.
Sobre esos recursos se limitó a exponer “eso hacen ellos, de una suma de todos los dineros que hace uno en movimientos en los bancos, pero en mis estados financieros nunca he tenido esa cantidad’’.
No precisó ni tiempo, espacio o lugar de esos dichos, elementos relevantes para una defensa penal, más aún cuando se trata de delitos de carácter federal.
Nunca dijo que esa cantidad de dineros no hayan pasado por sus cuentas bancarias. Ese es el argumento que no pudo “motivar, sustentar y argumentar’’ por lo menos no ante los medios de comunicación después de pasar 40 minutos con la Sección Instructora en San Lázaro, sede de la Cámara de Diputados.
Incluso se atrevió a despedir a un tal Fernando Castillo, quien se identificó como su abogado defensor, el cual minutos después que el legislador perredista ingresara ante quienes lo auscultan, simple y llanamente coincidió con su supuesto defendido, que la grabación Tuta-Julio César, había sido desechada en tribunales.
En el encuentro con los medios se refirió sobre Fernando Castillo: “ese camarada no es mi abogado’’.

CONTRADICCIÓN DE TESIS

Todo está puesto. La decisión saldrá de los Diputados. La PGR ya hizo su trabajo, bien o mal, pero está siendo analizado por quienes determinaran si se le quita el manto de pureza que otorga el fuero constitucional o no a Julio César Godoy Toscano.
¿Será que en tan solo 40 minutos el impugnado legislador se enteró de dos gruesos expedientes integrados y entregados por el Ministerio Público Federal?
¿O solo leyó un resumen?
Porque de ser así y si él llevará a cabo su defensa, pues en su primera diligencia como abogado defensor no mostro el talante para el trabajo que tiene que hacer en siete días de plazo que le impuso la Sección Instructora para desvirtuar las “pendejadas…’’ como calificó las acusaciones de la PGR.
Y más aún, cuando ilustres perredistas prefirieron marcar su raya y dejar los eufemismos para otros mejores tiempos, ante una avizorada fractura de las intenciones para fomentar una alianza PRD-PAN para el Estado de México y a futuro frenar la carrera del gobernador mexiquense Enrique Peña Nieto a la silla Presidencial.
Es más, incluso algunos de ellos pusieron sus barbas a remojar porque de querer la PGR podría salir más mugre.
Al tiempo.


Rubén Torres
rtorres@eleconomista.com

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