martes, 5 de octubre de 2010

Los muertos mexicanos y el dinero gringo


Del plato a la boca se cae la sopa. Es un dicho muy nuestro, pero de amplia aplicación de Estados Unidos. Ayer ambos gobiernos firmaron dos convenios definidos jocosamente como Memorándum de Entendimiento.
La Procuraduría General de la República (PGR) y Secretaría de Seguridad Pública Federal (SSPF) por el lado azteca y Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF), más el Departamento de Justicia estadounidense, para frenar el tráfico de armas y el lavado de dinero.
Kenneth Melson de la ATF –siglas en inglés- simple y llanamente se lanzó a decir que “esto salvará muchas vidas mexicanas y estadounidenses’’ y parafraseo que “es un buen día para ambos gobiernos, pero muy malo para los narcotraficantes, porque los llevará a identificar y a prisión con buenas investigaciones’’.
Acaso sabrá algo del “Michoacanazo’’ o el legislador del PRD, Julio César Godoy Toscano –hermano del gobernador de Michoacán- quien por cierto anuncia para éste miércoles un sainete cuando comparezca Arturo Chávez Chávez, abogado de la nación en la Cámara de diputados, para no referir otros casos.
Resulta que Kenneth Melson, presumió que con la firma del convenio México podrá ingresar al sistema “E-Trace’’, otro más como aquel famoso “Gunnrunner’’ que no ha servido para nada.
Si no vamos al recuento. Las armerías de Washington, Colorado, Illinois, Georgia y Florida, siguen enviando cargamentos de armas a través de las porosas fronteras aduanales mexicanas de Tijuana, Baja California, Nogales, Sonora, Ciudad Juárez, Chihuahua y Nuevo Laredo, Tamaulipas.
Carretadas de pistolas calibres .9mm, .38mm, .380mm y .45mm, revólver .38mm y .22mm, escopetas calibre .12mm, fusiles semiautomáticos AK-47 y AR-15, lanzacohetes, granadas de fragmentación con lo que se están dando duro las “ridículas minorías’’ y de vez en cuando contra las fuerzas federales.

CONTRADICCIÓN DE TESIS

Se habla de acuerdo con cifras mismas de Estados Unidos, que existen 15 millones de armas ilegales que se compran en 12,000 puntos de venta en la frontera estadounidense, que son pocas a las 100,000 armerías que existen en toda esa nación.
Los muertos son de México, más de 28,000 según cálculos sobrios oficiales y de organismos civiles aztecas.
El otro acuerdo fue regalar a México 2.9 millones de dólares, que representa el 15% de los 19 millones de dólares que la agencia antinarcóticos estadounidense Drugs Enforcement Agency (DEA) “agandallo’’ a grupos del crimen organizado, que nada más utilizaban el banco “Unión Bank’’ pero de allá, para blanquear capitales. ¿Qué tacaños?
Además ni es en efectivo, será en equipo de inteligencia, esa que no saben utilizar ni la SSPF, PGR o la de Sistema de Administración Tributaria (SAT). Porque nada más existen 10,000 millones de dólares de más en las arcas del país que “no se sabe de dónde vienen o salieron’’ pero la cifra podría ser superior, según otros analistas financieros.
Bien todo quedó en buenos augurios. El Procurador nuestro se limitó a agradecer los buenos oficios de los invitados.
Ojalá y no cuando lleguen a su país, suelten la lengua y arrojen cualquier infinidad de vituperios como ya es costumbre en nuestra tradicional relación binacional.
Se comprometieron a que no habrá más armas para que se maten entre “los malos’’ nuestros y otros menos buenos, porque los están matando también, que según las autoridades federales se debe a los exitosos trabajos de inteligencia aplicados contra los cárteles de Los Zetas, Familia Michoacana, El Golfo, Sinaloa, Milenio, Istmo y otros tantos, menos, pero mucho menos, los del Pacífico de Joaquín “El Chapo’’ Guzmán, Ismael “El Mayo’’ Zambada y Juan José Esparragoza Moreno “El Azul’’.
Pero ¡aguas! También van por su lana. La que obtienen por el inframundo de drogadicción de la nación más rica del mundo.


Rubén Torres
rtorres@eleconomista.com

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