jueves, 7 de octubre de 2010

Si fuera Legislador dejaría a Genaro, haber qué hace.



No es un deseo. Es un supuesto. Si fuera legislador aceptaría sin rehuir la propuesta de reforma del presidente Felipe Calderón para dejar en manos de Genaro García Luna, responsable de la Secretaría de Seguridad Pública Federal (SSPF) y su brazo operativo: la Policía Federal a los 433,222 policías de todo del país.
La propuesta no fue solo un protocolo. Sino todo un espectáculo. En el Centro de Mando, propiedad de García Luna en Iztapalapa, se organizó todo un show. Hubo un mini-desfile, espectáculo aéreo y solemnidad, que llevó al Presidente efusivo a firmar la propuesta de reforma y anunciar enviaría al Legislativo.
Hoy la propuesta está en sus manos. Se dice que avanza a paso firme. Ojalá y la aprueben, es el mejor del sentimiento para que frene la violencia, las balaceras que sólo dejan “daños colaterales’’ y con esa fuerza de casi 450,000 elementos se pueda regresar a los cuarteles a las fuerzas armadas que hasta el momento están pagando el precio del desprestigio.
García Luna ya mostro su eficacia. Fundó la Agencia Federal de Investigación (AFI) en la época del general Rafael Macedo de la Concha, cuando éste fue procurador general de la República, en la administración de Vicente Fox.
Antes en sus orígenes del Centro de Inteligencia y Seguridad Nacional (CISEN) ayudó a estructurar lo que fue la Policía Federal Preventiva (PFP), compuesto de varias compañías de infantes de marina y ejército, cuando gobernaba Ernesto Zedillo, el último de los priístas.
Con Felipe Calderón, asumió la SSPF, desapareció la PFP. Pero antes había tomado el control de la AFI –hoy Policía Federal Ministerial, en manos de la PGR-, las unió y desunió, fue en los momentos que fueron abatidos por el crimen organizado su primer círculo de subalternos de varias áreas de inteligencia, combate y prevención.
Fue a partir del 2007 cuando comenzó a salir la “mugre’’ tanto en la SSPF y PGR con la denominada “Operación Limpieza’’, que aún no concluye de barrer, porque las limpias siguen, la Policía Federal corrió a 3,200 hace unos meses.
Pero el ahora futuro próximo “Superpolicía’’ se aventó otra de sus puntadas. Promovió y cabildeo la conformación de una “Policía Nacional’’, otro de sus sueños, aún no cumplidos por el Presidente.

CONTRADICCIÓN DE TESIS

Por eso es que deberían dejar a García Luna hacerse cargo de todos los policías. Empero hay un punto escalofriante en el proyecto de la reforma calderonista que dice:
“Por otro lado, la iniciativa prevé un sistema de subsidiaridad en un segundo nivel en materia policial. Esto es, que la Policía Federal podrá asumir la Conducción de las policías estatales en aquellas entidades federativas en las que sus mandos superiores no cumplan los fines de la seguridad pública, lo mismo por incapacidad, que por corrupción o cooptación, o por cualquier otra circunstancia que impida el cumplimiento de los mismos…’’.
A que les suena esto. ¿Entonces donde quedará el Mando Único?
Si como se lee, se aprecia. Quiere decir que el “Superpolicía’’ Genaro García Luna llegará y tomará el control simplemente con la “sospecha’’ que las corporaciones ahora bajo un mando, infiltradas por el crimen organizado.
Así lo dirá la nueva redacción de la Constitución.
¿Acaso están infiltradas y por eso se busca la reforma constitucional?
Por eso mejor sean benévolos señores Senadores y Diputados, entreguen de inmediato el “bastón de mando’’ a García Luna, para ver si en los dos años y dos meses que quedan, logra frenar las casi 30,000 ejecuciones, las balaceras cotidianas en varios Estados y captura con su “grupo de inteligencia’’ a Joaquín “El Chapo’’ Guzmán, Ismael “El Mayo’’ Zambada y Juan José Esparragoza Moreno “El Azul’’, líderes del cártel del Pacifico.
Y además mete en cintura a toda la “ridícula minoría’’.
¡Déjenlo trabajar!

Rubén Torres
rtorres@eleconomista.com

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