20:29
Rubén
No, no se trata del Nazareno importado en Iztapalapa, sino que inició el Vía Crucis en todo el país. Arrancó en Reynosa, Tamaulipas, bastión del Cártel del Golfo que ahora se enfrenta a su ex brazo armado: Los Zetas.
Cerraron las principales arterías viales de bulevar Morelos que une el sur y poniente de esa ciudad fronteriza con Estados Unidos.
Los “halcones”, vigilantes y mozos de los grupos del crimen organizado, obligaron a automovilistas cruzar sus unidades desde tractocamiones, autobuses foráneos y particulares en las avenidas principales de ocho colonias.
Sin embargo, ocurrió lo mismo que hace una semana en Monterrey, Nuevo León. Las autoridades estatales de tránsito y preventivo brillaron por su ausencia. A las 11:00 horas inició el estado de “sitio” de los criminales, para poder transitar por sus corredores de seguridad creados ex profeso.
Los grupos de sicarios se dieron vuelo, se enfrentaron con elementos del Ejército y Policía Federal por casi dos horas; el saldo fue de 12 detenidos y seis muertos, entre ellos dos militares. El resto de la tropa de la “ridícula minoría” logró darse a la fuga.
Fue un anuncio de Semana Mayor hecho por los cárteles; arrancó con la ejecución de tres hombres en Tampico, por un grupo de sicarios que alcanzó un vehículo Bora casi en el centro municipio porteño.
De ahí se dio el paso a las “caravanas de muerte” que circularon en Reynosa, haciendo frente a los militares y fuerzas federales. El saldo, sin embargo, fue bajo, pese a que se actuó de forma similar hace una semana en Monterrey.
Allí los halcones aplicaron el mismo método: amedrentar a los conductores, obligarlos a cruzar sus unidades y quitarles las llaves, para que en caso que las autoridades municipales o estatales quisieran mover algo, lo hicieran con grúas, lo que generaría mucho trabajo.
Pero ocurrió lo mismo que en Monterrey, las autoridades brillaron por su ausencia. Allá en el norte se corrió a policías ¿Ocurrirá lo mismo en Reynosa?
En último “puente vacacional” fue letal, no para las autoridades, sino para los civiles que siguen pagando las consecuencias de la nula labor de “inteligencia” para leer, ya ni siquiera interpretar los mensajes del crimen organizado por la Policía Federal.
Presume de un “Centro de Inteligencia” que debe estar descompuesto, asentado en las fastuosas instalaciones de la Secretaría de Seguridad Pública Federal (SSPF), en Constituyentes, de la Ciudad de México.
Se está llegando a casi 20 mil ejecutados en lo que va de la administración de Felipe Calderón y la inteligencia sigue ausente, sólo son acciones reactivas, lo que se supone ya no existiría, según presume el titular de la SSPF, Genaro García Luna, porque ya existen mejores mecanismos de control, prevención e investigación para prever movimientos de los grupos criminales.
Ojala que la cifra de enfrentamientos ahora que millones de mexicanos gozan de vacaciones en los centros de esparcimiento nacional, no sufran las consecuencias, y los cientos de miles de policías municipales, estatales y federales hagan su trabajo, para regresar sanos y salvos a sus lugares de origen y no quedarse en el suplicio del Vía Crucis delincuencial.
Cerraron las principales arterías viales de bulevar Morelos que une el sur y poniente de esa ciudad fronteriza con Estados Unidos.
Los “halcones”, vigilantes y mozos de los grupos del crimen organizado, obligaron a automovilistas cruzar sus unidades desde tractocamiones, autobuses foráneos y particulares en las avenidas principales de ocho colonias.
Sin embargo, ocurrió lo mismo que hace una semana en Monterrey, Nuevo León. Las autoridades estatales de tránsito y preventivo brillaron por su ausencia. A las 11:00 horas inició el estado de “sitio” de los criminales, para poder transitar por sus corredores de seguridad creados ex profeso.
Los grupos de sicarios se dieron vuelo, se enfrentaron con elementos del Ejército y Policía Federal por casi dos horas; el saldo fue de 12 detenidos y seis muertos, entre ellos dos militares. El resto de la tropa de la “ridícula minoría” logró darse a la fuga.
Fue un anuncio de Semana Mayor hecho por los cárteles; arrancó con la ejecución de tres hombres en Tampico, por un grupo de sicarios que alcanzó un vehículo Bora casi en el centro municipio porteño.
De ahí se dio el paso a las “caravanas de muerte” que circularon en Reynosa, haciendo frente a los militares y fuerzas federales. El saldo, sin embargo, fue bajo, pese a que se actuó de forma similar hace una semana en Monterrey.
Allí los halcones aplicaron el mismo método: amedrentar a los conductores, obligarlos a cruzar sus unidades y quitarles las llaves, para que en caso que las autoridades municipales o estatales quisieran mover algo, lo hicieran con grúas, lo que generaría mucho trabajo.
Pero ocurrió lo mismo que en Monterrey, las autoridades brillaron por su ausencia. Allá en el norte se corrió a policías ¿Ocurrirá lo mismo en Reynosa?
En último “puente vacacional” fue letal, no para las autoridades, sino para los civiles que siguen pagando las consecuencias de la nula labor de “inteligencia” para leer, ya ni siquiera interpretar los mensajes del crimen organizado por la Policía Federal.
Presume de un “Centro de Inteligencia” que debe estar descompuesto, asentado en las fastuosas instalaciones de la Secretaría de Seguridad Pública Federal (SSPF), en Constituyentes, de la Ciudad de México.
Se está llegando a casi 20 mil ejecutados en lo que va de la administración de Felipe Calderón y la inteligencia sigue ausente, sólo son acciones reactivas, lo que se supone ya no existiría, según presume el titular de la SSPF, Genaro García Luna, porque ya existen mejores mecanismos de control, prevención e investigación para prever movimientos de los grupos criminales.
Ojala que la cifra de enfrentamientos ahora que millones de mexicanos gozan de vacaciones en los centros de esparcimiento nacional, no sufran las consecuencias, y los cientos de miles de policías municipales, estatales y federales hagan su trabajo, para regresar sanos y salvos a sus lugares de origen y no quedarse en el suplicio del Vía Crucis delincuencial.
Contradicción de Tesis
Entre las malas, las buenas. La Secretaría de Marina Armada de México (Semar) capturó a dos colaboradores de Antonio Campos, actual jefe de la plaza en Nuevo Laredo, de Los Zetas.
Los nombres: Eliodoro Nava Reyna y Gloria Isela Reyna Romero “La Güera Bruja”, a quienes les decomisó 476 mil 475 dólares y 72 mil 480 pesos en efectivo. Una de cal por varias de arena.
Por Rubén Torres
rtorres@eleconomista.com.mx
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