jueves, 20 de mayo de 2010

La guarida del narco... hasta ahora lo descubren


¡Sólo, sin que nadie lo empujara u obligara, el favorito del priismo – bueno, si Manlio Fabio Beltrones y su séquito no dicen lo contrario-, Enrique Peña Nieto, gobernador del estado de México, compró el tema del narcotráfico.
Sostuvo que Distrito Federal y territorio mexiquense podrían ser una “guarida” de líderes del narcotráfico nacional.El diagnóstico, para empezar, llegó tarde. Todo mundo lo sabe.
Balaceras, enfrentamientos y narcoejecuciones en el polo de mayor número de votos que existe en el país ya estaba así señalado por autoridades de todos los niveles. Y no se diga de la capital del país.
Los hechos superan el pretérito imperfecto de podría, cabría, habría, etc.Quien es considerado “El Astroboy” del PRI se reunió con su electorado preferido: las mujeres-madres mexiquenses y por primera vez tocó el tema de esa posibilidad. Tan así, así.
“Las zonas metropolitanas, así como ofrecen algunas ventajas para bien –no explicó cuáles- como el ser un gran mercado consumidor –tampoco dijo de qué-, esto también es negativo, porque lamentablemente aquí es un gran mercado que seguramente los grupos se están disputando”.
El tema era el narcotráfico, que tal vez le vino a la memoria por los recientes operativos militares en la Zona Esmeralda mexiquense, uno de los suburbios más caros y “gente bonita” del estado de México, en el hábitat de Atizapán.
Donde hubo movilización de grupos de elite de infantería de Marina y Ejército. Primero un enfrentamiento donde murieron dos; tras obtener informes privilegiados fueron por más, aunque fallidos, en El Condado de Sayavedra, Club de Golf y Campestre, donde 40 millones de pobres ni siquiera tendrían posibilidad de tener tierra aunque sea en las uñas de manos o pies.
Ya no como patrimonio.Si se molestara el favorito sabría que desde antes que los del Partido Revolucionario Institucional (PRI) fueran echados de Los Pinos, familias, gatilleros, sicarios, abogados y demás se asentaron en zona mexiquense para no gastar tanto y estar junto a sus seres queridos, habitantes de lo que fuera “Almoloya de Juárez”.
Bien por él. Al menos no sucumbió a evitar el tema.Contradicción de tesisLos que ya buscaron la forma de obtener por lo menos unos 700 millones de pesos extras son los que gobiernan la Ciudad de México.
Se anunció la nueva tarjeta de circulación con “Chip”, la que tendrá un costo de 220 pesos a partir de los próximos 10 días y hasta el 30 de junio de 2011.
Los futuristas afines que apoyan a quien anunció llegar a las disputas previas del 2012 electoral y que no quieren perder “nada” de lo que nunca tuvieron, y definirá al nuevo Presidente, de ser un candidato “único” de la izquierda, lanzaron el costo.
¿Y quiénes van a pagar? Pues nada menos que 3 millones 154 mil automovilistas y 100 mil motociclistas –se olvidó de ciclistas-ecologistas ¿Hay que decir gracias?- que tendrán que pagar esa cantidad.
Sólo porque hay un “chip”, de no hacerlo, pues nada más ni circular.Pero además, todos a la de “producto de gallina” habrán de comprobar ante la Tesorería marceliana que no tengan adeudos de tenencias, multas o verificaciones pendientes.
Marcelo Ebrard Casaubon, corrido del Distrito Federal por inepto tras un linchamiento atroz, que regresó gracias a los desmemoriados para ser Jefe de Gobierno por el PRD, persiste en populistas programas benéficos para unos defeños, aunque otros se “jodan” y aprieten el cinturón.
Pese a todos no hay diferencias entre Marcelo, que quiere ser y quien es, Felipe Calderón que presume “programas” cuando deberían ser proyectos de desarrollo humano y no “favores” y no tomar como un “cumplido” a las madres que perdieron cónyuges, hijas e hijos por su guerra declarada, solo por ser daños colaterales.Así soplan “el calor” y viene el verano preelectoral. Esperemos las postelectorales.

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